La cárcel del Partido Judicial de Getafe fue gestionada por la Falange desde la toma de Getafe. Se entregó de nuevo a las autoridades civiles al terminar la Guerra Civil en 1939, siendo cerrada como cárcel del Partido Judicial el 22 de mayo de 1951.

Entre 1936 y 1945 llegó a albergar en su interior a unos 2.700 presos. En su momento álgido contuvo unos 1.700, algunos tan significativos como Juan Bautista Bergua Olavarrieta y Rosario Sánchez Mora (Rosario Dinamitera) a quien dedicó un poema Miguel Hernández. Las condiciones de vida de los presos eran lamentables, escaseaba el agua, las raciones de comida no alcanzaban para todos y no existían retretes.

Debido al hacinamiento, entre 1939 y 1940, se trasladaron 300 presos al edificio del Hospitalillo de San José perdiendo su función de hospital.

En el antiguo edificio del Ayuntamiento de Getafe, también se encontraban los Juzgados. Entre 1939 y 1945 se estuvieron juzgando en ellos, por un Juez Militar de Caballería, a todos los presos de la cárcel de Getafe.

Se les conducía en cordadas, en el camino desde la cárcel al Ayuntamiento, recibían torturas de viudas de caídos. Se les juzgaba sin garantías procesales de ningún tipo.

Se impusieron miles de condenas, entre ellas unas 125 penas de muerte. Eran ejecutados en Getafe en el km 14,100 de la carretera de Toledo y allí mismo en el lugar que se denominó "el cementerio rojo".